martes, 31 de diciembre de 2024

Labore et Constantia

 Este 2024, para celebrar el Día de las Bibliotecas he tenido la oportunidad de comisariar una nueva exposición en la Biblioteca del Seminario Metropolitano de Oviedo.

 Tras la última Campaña de Conservación llevada a cabo en esta institución, pudimos constatar la presencia de varios ejemplares salidos de las prensas del gran impresor Cristóbal Plantino, y dado su enorme interés para la historia del libro decidimos dedicarle esta muestra que pudimos acompañar de un catálogo.

 Ha sido una experiencia muy satisfactoria y enriquecedora: la organización, el montaje, la atención a los medios de comunicación y, sobre todo, al público que se ha acercado a visitar la exposición. La vida y obra de Plantino son realmente interesantes. Si os apetece conocer un poco más podéis descargaros de forma gratuita el catálogo en este enlace: Catálogo de la exposición.

 Gracias a todas las personas que han hecho posible esta muestra y a todos los que os habéis acercado a visitarla. 📖🫶


Reportaje de la TPA en Conexión Asturias el jueves 17 de Octubre: ver


✨ Aprovecho para desearos un Muy Feliz 2025✨ ¡Y que los libros os acompañen! 📖✨

jueves, 20 de abril de 2023

Ars Ligatoria.

 Con motivo de la celebración del Día del Libro, este año me propusieron comisariar una exposición sobre encuadernaciones en la Biblioteca del Seminario Metropolitano de Oviedo. Esta iniciativa ha sido idea de la directora, Judit Hidalgo, cuyo entusiasmo, interés y dedicación por esta institución han hecho posibles éste y otros muchos proyectos que dinamizan y ponen en valor un fondo bibliográfico de gran interés cultural.


Fuente de la imagen: https://www.iglesiadeasturias.org/ars-ligatoria-una-muestra-repasa-los-diferentes-estilos-encuadernacion/

 

Finalmente, nos complace anunciar que la muestra, que lleva de título "Ars Ligatoria", se abrirá al público la próxima semana. En ella podremos disfrutar de un recorrido por la historia del libro, con especial atención a las encuadernaciones, donde veremos ejemplares que abarcan de los siglos XVI al XIX. También habrá un espacio dedicado al oficio de la encuadernación artesanal y la evolución de sus técnicas y materiales.

 Esperamos veros por la Biblioteca y que disfrutemos de esta oportunidad para acercarnos a los libros desde esta perspectiva de estudio tan interesante.

 



 

lunes, 27 de septiembre de 2021

Toma ejemplo del papel. La elaboración artesanal del papel de trapos.

Papel artesanal, de molino o de tina; éstos son algunos de los nombres con los que se denomina al papel hecho a mano. El lugar: los molinos papeleros; la materia prima: los trapos, por esto también se conocen bajo el término papel de trapos.

Es importante diferenciar la técnica de la materia prima. La industrialización en la elaboración del papel comienza en 1799 (a España llega en 1840) y la pulpa papelera de trapos se verá sustituida a partir de 1844 por las pastas madereras. Ambos cambios se van introduciendo de forma progresiva. Aún hoy existen unos pocos molinos papeleros en funcionamiento y algunas producciones de papel artesanal de trapos.

Para los conservadores, restauradores e investigadores del papel es capital estudiar a fondo este material: su historia como producto comercial, su evolución vinculada a los aspectos geográficos y cronológicos, los cambios en las técnicas de elaboración, en los materiales que intervienen en su creación, etc. Conocimientos fundamentales tanto para su adecuado tratamiento de conservación o restauración, como para su estudio histórico. Cuanto más investigo el papel, más disfruto al reconocer pequeñas evidencias dejadas tiempo atrás, desde el estudio de las filigranas hasta la observación de sus características físicas, pasando por todo un abanico de analíticas que nos pueden ayudar a mejorar su identificación y comprensión. Verdaderamente es para mi una pasión y un deleite dedicarme al estudio del papel.


Un negatoscopio y lentes de aumento son buenos aliados para el estudio del papel.

El papel es un invento originario de China, descubierto, como muy tarde, en el s.II aC, según testimonian unas cartas datadas en el año 137 y, generalmente, atribuido al ministro de palacio Ts’ai-Lung (DE PEDRO, 1977). El fragmento conservado de papel escrito chino más antiguo conocido data del año 110 (SALVADOR, 1996).

Se desconocen los materiales empleados en la fabricación de estas primeras hojas, tal vez lino, esparto, cáñamo, hojas de morera, etc. La innovación de Ts’ai-Lung fue la de desintegrar una serie de fibras vegetales y trapos con un mazo pesado de madera en un mortero de piedra.

La técnica de elaboración del papel era un secreto de Estado. Fue la captura, en el año 751, de dos fabricantes de papel chinos en la batalla de Talas por parte del ejército árabe lo que propició la expansión del papel en el mundo occidental (SALVADOR, 1996).

Los árabes introducen mejoras en la elaboración mediante el empleo de energía hidráulica, el blanqueo de las fibras con cal, el encolado con goma arábiga o engrudo de almidón (los chinos usaban el alga agaragar). Los árabes empleaban como materias primas el ramio, el lino y el cáñamo.

A través de la Ruta de la Seda el papel llega a todos los países de Medio Oriente y finalmente a Europa.

EL PAPEL LLEGA A EUROPA

La primera población que puede acreditar documentalmente la elaboración de papel en Europa es Xátiva (Valencia), a través de los escritos de 1154 del geógrafo árabe El-Edrisi (100-1172). Es también en España donde se localiza el papel occidental más antiguo conservado, datado en fecha anterior a 1036, al ser un Misal Mozárabe y haberse sustituido el rito en esa fecha. También es digna de destacar la figura de Alhaken II, segundo califa Omeya de Córdoba (915-976), cuya biblioteca (en el Alcázar de Córdoba) fue una de las mayores de la Edad Media. Es muy posible que en el s.X hubiera molinos papeleros en Córdoba, aunque las referencias sobre las que consta la presencia de molinos junto al puente romano no especifican si se trata de molinos papeleros, pero el geógrafo al-Maqdisi (936-988) destaca, por esos años, la habilidad de los andalusíes para la confección del papel (SALVADOR, 1996).

Vamos a ver cómo era el proceso de fabricación artesanal de una hoja de papel de trapos. Este método es, a grandes rasgos, el utilizado hasta la invención de la máquina de papel continuo en 1799; a partir de entonces comienza la implantación de la fabricación industrial del papel, pero esa, es otra historia.

EL PROCESO DE FABRICACIÓN DEL PAPEL ARTESANAL DE TRAPOS

Todo el proceso que voy a describir a continuación lo he podido estudiar más en profundidad y comprender mejor gracias a mis visitas al Molí Paperer de Capellades, un extraordinario museo, con un equipo técnico maravilloso, quiero dejar constancia aquí de mi agradecimiento por su enorme profesionalidad y buen hacer: ¡Moltes gràcies!. 

1) OBTENCIÓN DE LA MATERIA PRIMA: LOS TRAPOS

Un hombre pasa por las callejuelas atestadas de viviendas, con un melódico reclamo ofrece alfileres y otras baratijas a cambio de cualquier trapo viejo, ropa o calzado que ya no sean de utilidad. Una vez llena su carreta, el trapero toma rumbo al molino, donde, después de ser pesada la carga con un artilugio llamado “romana”, recibirá la correspondiente compensación.


Ropavejero o trapero. Grabado de 1802 dibujado por Antonio Rodríguez para el catálogo "Trajes de España". Fuente: aquí

2) PROCESADO DE LA MATERIA PRIMA: OBTENCIÓN DE LA PULPA PAPELERA

SELECCIÓN: No todos los trapos eran iguales, por lo que se solía separar en un primer cribado los de mayor calidad y blancura de los más toscos, resultando papeles de diferentes calidades.


Museu Molí Paperer de Capellades. Foto: Covadonga Miravalles, 2013.

TRINCHADO: Se rasgaban los trapos con afiladas cuchillas haciendo de ellos tiras o se despedazaban con una hacha cuerdas y suelas.


Museu Molí Paperer de Capellades. Foto: Covadonga Miravalles, 2016.

SACUDIDO: Estos fragmentos se libraban de más impurezas introduciéndolos en unos grandes contenedores giratorios, los batanes de trapos o diablas, por cuyas paredes perforadas salían el polvo y la suciedad.


Museu Molí Paperer de Capellades.

REMOJO: Después se metían, de 7 a 35 días, en una especie de piscinas denominadas pudrideros, donde mezclados con agua y cal comenzaban a descomponerse. En 1777 se descubren los efectos del cloro para descomponer y blanquear, pudiendo emplear trapos más gruesos y coloreados en la elaboración de papeles más finos.


Museu Molí Paperer de Capellades. Foto: Covadonga Miravalles, 2016.

TRITURADO: Para seguir reduciendo las fibras a una pasta se pasaban los trapos del pudridero a las pilas de amasar. Una serie de mazos golpeaban, durante 20 o 30 horas, la mezcla de trapos y agua hasta obtener la pulpa papelera adecuada. Los mazos hidráulicos serán sustituidos partir de 1670 por otro ingenio triturador conocido como pila holandesa, ésta llega a España en 1746 (Alcoi), que reducirá el tiempo y aumentará la eficacia del proceso.


Museu Molí Paperer de Capellades. Foto: Covadonga Miravalles, 2016.

LAVADO: se pasaba por agua limpia la pasta obtenida quedando ya lista para proseguir con el proceso de fabricación de las hojas de papel.

3) OBTENCIÓN DE LOS PLIEGOS

En un gran contenedor, denominado tina, se volcaba la pasta papelera disuelta en agua, esta mezcla debía ser agitada con una pala para mantener en suspensión las fibras que el laurente se encargaba de atrapar en la denominada forma papelera, instrumento fundamental en el proceso que deja su huella en cada uno de los pliegos que se van creando. Una vez constituida la hoja el laurente pasa la forma al ponedor que la vuelca sobre una pila con gruesos paños intercalados.


Haciendo de laurente en el Museu Molí Paperer de Capellades, 2013.

La forma papelera es un instrumento de madera que sujeta una red metálica por la que se escurre el agua, quedando la pulpa atrapada en la superficie, así nace la hoja de papel. Las formas papeleras fueron evolucionando, las más primitivas de China estaban constituidas por un marco de madera con el que se sujetaba un tejido fino de bambú unido con hilos de seda, los árabes usarían crin de caballo y también los hilos de latón que serán característicos de las formas papeleras europeas. Es sobre esta malla metálica, cuya impronta se denomina verjura, sobre la que se coserán las denominadas filigranas o marcas de agua, cuya huella se hará visible, al igual que ocurre con la verjura, al observar el papel al trasluz. En 1750 surge una nueva forma papelera fabricada a máquina que da origen al denominado papel vitela (muy apto para los nuevos sistemas de impresión). Próximamente le dedicaremos otra entrada exclusivamente a la forma papelera.

PRENSADO: Cuando la pila de pliegos ya tiene una posta (250 folios) se pasa al prensado, unos potentes mecanismos accionarán una gran presión sobre la pila, para sacar la mayor cantidad de agua posible de los pliegos. En un día de trabajo normal en un molino papelero se producirían unas 18 postas que suman un total de 4500 folios.


Museu Molí Paperer de Capellades. Foto: Covadonga Miravalles, 2013.

PRIMER SECADO: Las hojas prensadas ya pueden manipularse sin riesgo de deshacerse, en la zona alta del molino se ubica una estancia con muchas ventanas denominada mirador que sirve para favorecer la ventilación y secar las hojas que se van colgando una a una en unos cordeles con ayuda de un instrumento en forma de “T” denominado espito o ferlete.

Museu Molí Paperer de Capellades. Foto: Covadonga Miravalles, 2016.

ENCOLADO: las hojas se introducen un un baño de gelatina animal y pasan a un segundo prensado. Esta capa de cola se denomina apresto y sirve para reducir la porosidad y por tanto la capacidad de absorción del papel, que favorecerá la impresión o escritura sobre su superficie.

Museu Molí Paperer de Capellades. Foto: Covadonga Miravalles, 2016.

SEGUNDO SECADO: de nuevo en el mirador y del mismo modo que el primero.


Postal que estaba a la venta en Todocolección.

SATINADO: con un gran mazo, el mazo satinador, se golpea la superficie de ambas caras de cada uno de los papeles. Este paso reducirá más su porosidad y dotará a la superficie del papel de un sutil brillo.


Museu Molí Paperer de Capellades. Foto: Covadonga Miravalles, 2013.

IGUALADO: los pliegos se venderán en paquetes de resmas (500 folios) y antes de empaquetarlos se salvarán las pequeñas diferencias de tamaño con el cuchillo de desbarbar, este corte no es limpio quedando los característicos márgenes desiguales, las barbas, del papel hecho a mano.


Museu Molí Paperer de Capellades. Foto: Covadonga Miravalles, 2013.

REVISIÓN FINAL Y EMPAQUETADO: cada bloque de 500 hojas es revisado, para desechar y sustituir papeles defectuosos, y finalmente se envuelven en paquetes y se introducen en cajas de madera para protegerlos y facilitar su transporte. Estos envoltorios podían llevar una marca característica del molino papelero que serviría para identificar tanto su procedencia como su calidad.


Museu Molí Paperer de Capellades.

Museu Molí Paperer de Capellades. Foto: Covadonga Miravalles, 2016.

Aunque me han quedado muchos detalles en el tintero, para no alargar demasiado esta entrada, daré por terminada la explicación, que iremos completando en futuras publicaciones. Espero que con esta información os haya podido trasladar una idea general del trabajo que suponía fabricar el papel de trapos en un molino.

Como broche  qué mejor que el papel de trapos protagonizando unos versos de la obra de Lope de Vega “Lo que ha de ser” Acto III, Escena IV:


Toma ejemplo del papel,

que se hace de trapos viejos,

y sube hasta los consejos

y a que escriba el Rey en él.

¿Quién hay que aliento no cobre,

viendo el papel que ha subido

a escribirle un Rey, si ha sido

una camisa de pobre?



BIBLIOGRAFÍA

DE PEDRO, Alberto. Contribución al conocimiento del papel. Leiza: Sarrió, 1977.

LLORET, Ton y RABAL, Victoria. El Museu Molí Paperer de Capellades. Barcelona: Generalitat de Catalunya, 2007.

MUSEU MOLÍ PAPERER DE CAPELLADES: http://www.mmp-capellades.net/spa/

SALVADOR MIGUEL, Nicasio. “El papel en la España medieval, I: tecnología y economía”. En Actas de las I Jornadas sobre la Minería y Tecnología en la Edad Media Peninsular. León, 1997, pp.605-614.






miércoles, 8 de septiembre de 2021

SIGNVM está a punto de llegar

Estoy muy emocionada, "SIGNVM. La Filigrana: una pasión" está a punto de ver la luz.

Esta obrita, a medio camino entre el libro de artista y una pequeña crónica sobre las filigranas papeleras, es un capricho, una forma de acercanos al maravilloso mundo de la historia del papel, de acariciar sus secretos... Un breve catálogo de filigranas papeleras que duermen en antiguos legajos, a las que acompaña un ameno texto y un poema...con la inestimable colaboración de D. Agustín Hevia Ballina y la ilustradora Nunilo Miravalles.

¿Os gustaría saber más de esta aventura? ✨✨📖✨✨


viernes, 23 de abril de 2021

Feliz Día del Libro

 Os deseo que este Día del Libro 2021 lo disfrutéis con una lectura que os transporte a un feliz lugar, una apasionante aventura, a nuevos mundos o recorrer rincones desconocidos, a través nuestra interesante historia, curiosidades sobre ciencia, botánica, astronomía... ¡Hay tantas cosas que leer y tan poco tiempo!



¿Dónde están tus libros? ¡Esa luz legada a seres de otro modo remotos y ciegos!.
 ¡Arriba!, ¡arriba!, y bébete ese espíritu insuflado por los que ya no están para su especie.
William Wordsworth. "Reconvención y respuesta".

domingo, 18 de abril de 2021

Próximamente... ¡muchas novedades!

 ¡Hola!

Estamos preparando un montón de novedades para el blog. 

Pronto publicaremos nuevas entradas de temas variados del mundo de la conservación y técnicas de restauración de diferentes documentos gráficos, como fotografías estereoscópicas coloreadas tipo "french tissue", la técnica de "Honey hollow back" para recuperar lomos deteriorados o la preración de injertos de papel japonés rehumectables para documentos con tintas hidrosolubles o soportes muy frágiles. Y por supuesto un montón de curiosidades bibliófilas que son nuestras favoritas, anécdotas, bibliotecas secretas o sorprendentes aventuras librescas, así como nuevas recomendaciones de lectura tanto de literatura científica como novelas y cuentos sobre libros y documentos 🤓

No os perdáis todas estas novedades. Os invitamos a suscribiros y formar parte de este pequeño club tanto para amantes del libro como para profesionales. 

Nuestro objetivo este año es hacer de este un espacio más abierto y participativo.

Todos los comentarios y sugerencias serán bienvenidas 😃

📚📚¡Booklovers os esperamos!📚📚


Feliz visita a la magnífica biblioteca del Palacio de Mafra en Portugal
2015 © Covadonga Miravalles


miércoles, 15 de julio de 2020

El uso de la cola de esturión en la restauración de pergaminos

¡Hola!



He subido a mi perfil de Academia Edu la presentación de esta conferencia, impartida en 2015 en la Escuela Superior de Arte del Principado de Asturias, con motivo de las Jornadas de Puertas Abiertas.

Os dejo el link donde podeis leerlo online o descargar el pdf:
"El uso de la cola de esturión en la restauración de pergaminos"

Saludos

lunes, 16 de marzo de 2020

En casa

Hola,

En esta entrada quiero compartir algunas ideas para estos días en los que permanecer en casa supone nuestra mejor aportación para superar esta difícil situación. Allá van:

Corto de animación para toda la familia "Los fantásticos libros voladores del Sr. Morris". 

Una preciosa película, también de animación, sobre la creación de uno de los más bellos manuscritos iluminados "El secreto del libro de Kells" una joya con una hermosa banda sonora. 

El enlace a la Biblioteca Digital Mundial: https://www.wdl.org/es/

Recortables para imprimir y hacer en casa: aquí.

Cursos online gratuitos de todo tipo de materias: aquí.

Grupo Planeta ofrece la descarga gratuita de varios de sus títulos, podéis verlos aquí.

La editorial Errata Naturae también pone a nuestra disposición algunos de sus libros, aquí.

Ars Magazine nos regala el accceso gratuito a su último número, podéis descargarlo aquí.

Acción Cultural Española ofrece una gran variedad de catálogos y monografías gratis, aquí.

En la web de la Biblioteca Nacional también tienen un apartado donde se pueden descargar publicaciones muy interesantes: aquí.

De todas las publicaciones que vamos encontrando disponibles seleccionamos algunos títulos, sobre libros y fotografía, que nos parecen de especial interés:


Fuente de la ilustración: aquí.

Oigo los ecos que retumban en las montañas,
el viento llega hasta mí desde valles de ensueño
y mi mundo interior se vuelve feliz.
                       William Wordsworth.                                            

¡Ánimo, fuerza y salud a todos!
Si os apetece aportar alguna idea os espero en los comentarios🌈.


Última actualización: 03/11/2020

domingo, 9 de junio de 2019

Claustrum sine armario, quasi castrum sine armamentario

O acerca de cómo se guardaban los libros

Geoffrey de Breteuil (c. 1125 - c. 1195), teólogo y monje francés, es el autor de esta conocida cita: "Un convento sin biblioteca, es como un castillo sin arsenal" (ALLEN, 2011, p.115) . Y es que los libros son la munición del espíritu y siendo objetos de gran valor, fueron celosamente atesorados.

Ese "armarium" era el lugar en el que se almacenaban los preciados volúmenes y es, precisamente, la forma de guardar los libros a lo largo de la historia el tema al que vamos a dedicar esta entrada.

En los tiempos de Godofredo, el s. XII, el formato de los libros era ya el de códice: pliegos doblados formando cuadernillos, cosidos entre sí y protegidos por una encuadernación. Y los armarios donde se guardaban eran parecidos a lo que hoy llamaríamos alacenas o roperos, tendiendo cada vez más a cerrarlos  bajo llave durante la Edad Media (PETROSKI, 2002, p. 62).

La representación más famosa de un "armarium" medieval se puede encontrar
en un famoso manuscrito del s.VIII, la Biblia conocida como Códice Amiatinus.
En el fol. 5r, hay una miniatura que representa a Ezra escribiendo junto
un gran armario de libros, estos están colocados en vertical sobre los estantes. Fuente: aquí.


Primera representación conocida de un "armarium", aparece en un sarcófago de mármol
de la Villa Balestra en Roma. Datado h. 200 d.C. La pequeña librería tiene las puertas abiertas
 y vemos tres baldas, la superior con ocho rollos, la del medio con un objeto parecido
 a un plato o bol. Encima está apoyado lo que parecen unas tablillas de cera donde
 quizás el lector fuera tomando apuntes. Fuente: aquí.
 

"Armarium" del Monasterio de La Oliva. Fuente: aquí.

También se usaban como sistema de almacenaje los cofres de libros. Durante el medievo, el traslado de una biblioteca solía hacerse en los mismos cofres donde se guardaba. Los había que se cerraban con una o varias llaves y algunos tenían patas que elevaban su base por encima del suelo, protegiéndolo de la humedad (PETROSKI, 2002, p. 71).

Detalle de: Cambrai, 1320-40, Bibl. mun., ms. 0620, f. 001 - vue 7, s. Fuente: aquí.


Detalle de: Cambrai, 1320-40, Bibl. mun., ms. 0620,  f. 001 - vue 4. Fuente: aquí.


La producción de manuscritos en Europa durante el s. XII se calcula en unos 900 mil ejemplares (superando con creces los 250 mil del siglo anterior) (BURINGH et al., 2009). Los libros se realizaban, en su mayoría, en monasterios, pero con el nacimiento y desarrollo de las universidades esta tarea salta los muros conventuales, secularizándose cada vez más su elaboración.

Los cofres de libros, especialmente en los monasterios, se multiplicaban sin cesar. Este sistema era práctico para salvaguardar los valiosos códices, pero creaba problemas de gestión y accesibilidad. Dentro de los baúles los manuscritos se apilaban unos sobre otros, identificándose el contenido de cada cofre mediante una tabla pegada al interior de la tapa.

Los armarios equipados con estantes facilitaron un mayor cuidado de los libros, permitiendo de forma mas sencilla encontrar y consultar el volumen deseado.

A medida que los fondos fueron creciendo en los monasterios y, luego, en las iglesias y universidades, se empezaron a destinar habitaciones separadas para su almacenamiento (PETROSKI, 2002, pp.85-86). Comienzan a gestarse las grandes bibliotecas.

S. XII-XV

La mayoría de las representaciones antiguas de interiores con bibliotecas son del s. XV.

En estas imágenes abundan dos modalidades:

- Libros en estantes inclinados, que se apoyan sobre el corte inferior y la trasera. De esta forma se exhibía la encuadernación cual obra de arte (PETROSKI, 2002, p. 57). Este sistema de sujeción del libro verticalmente inclinado se emplearía también en el diseño de los atriles.

Detalle de la obra de Vittore Carpaccio. Visión de San Agustín 1502.
Scuola di San Giorgio degli Schiavoni. Fuente: aquí.



Simon Bening (Flemish, 1483-1561). St. Luke Writing in Crown, 1521.
Painting on parchment, 5 3/16 x 3 11/16 in. (13.2 x 9.3 cm).
Brooklyn Museum, Bequest of A. Augustus Healy, 11.504 (Photo: Brooklyn Museum, 11.504_PS2.jpg). Fuente: aquí.



Se conservan ejemplares cuyas encuadernaciones estaban dotadas de unos tacos o clavos metálicos en el corte inferior, sobre el que se apoyarían los libros en este tipo de estanterías inclinadas, así como en los atriles.

Late medieval bookbinding with "feet," Leiden, University Library, BUR MS Q 1, c. 1100.
Photo: Erik Kwakkel. Fuente: aquí.


- Libros en estanterías guardados horizontalmente con uno de los cortes inferior, superior o delantero a la vista.

Simon De Hesdin au travail dans son cabinet 1479 par un maître anonyme Bruges au XVe siècle.
British Library Royal 18 E III f. 24. Fuente: aquí.



Hl. Ambrosius, 1490-95. Wien, Österreichische Galerie. Fuente: aquí.



S. XVI

Con la expansión de la imprenta por Europa la producción de libros experimenta un crecimiento sin precedentes, durante este siglo se contabilizan 300 millones ejemplares impresos, y había que ir haciéndoles hueco. Apoyar los libros en los estantes sobre su corte inferior exhibiendo su tapa, o abierto como en la imagen inferior, ocupaba un espacio que empezaba a escasear. La ordenación de las bibliotecas comienza a experimentar con variantes y se buscan nuevas formas de apilar los volúmenes

Bonaventure, a biographer of Francis of Assisi, in his study. Attributed to Stefano Lunetti, Bonaventure, Legend and Life of Francis of Assisi (with Miracles), Florence, 1504;Harley MS 3229, f. 26r. Fuente: aquí

En la siguiente imagen es curioso ver uno de los libritos sobre la mesa que descansa sobre su corte delantero, igualmente están así almacenados los que se ven en la estantería del fondo.

Cardinal Albrect of Brandenburg as St. Jerome. Painting by Lucas Cranach the Elder (1526). The painting is in a private collection. Fuente: aquí.


S. XVII

El volumen de producción de libros sigue en aumento, durante este siglo se calculan unos 700 millones de libros impresos en Europa. Las bibliotecas se afanaban en buscar fórmulas para dar hueco al creciente número de volúmenes que iban llenando los espacios destinados a albergar sus colecciones.

Guardar los libros exponiendo su plano anterior ocupaba demasisdo espacio y apilar los libros horizontalmente se hizo muy poco práctico al aumentar el número de ejemplares. En cambio, si se almacenaban verticalmente uno junto a otro, se podía disponer de la obra buscada con facilidad, aumentando la capacidad de almacenaje en las estanterías. Teniendo en cuenta que para controlar las colecciones los libros eran encadenados a los muebles, la forma más lógica de colocarlos en posición vertical era con el corte delantero hacia fuera.

Grabado de la Biblioteca de la Universidad de Leiden de 1610, impreso por Woudanus. Fuente: aquí

Aquí aún podemos ver los libros guardados verticalmente y con el corte delantero hacia fuera.

 Cupid tugs at the sleeve of the scholar immersed in his books to point to his mother Venus hammering a heart on an anvil before ?the scholar's wife/girlfriend. From the album of Johannes Amstel van Mijnden -- allentries dated 1600-1602. Den Haag, KB 74 j 37, f.7r. 

En este grabado satírico vemos la estantería llena de libros, la mayoría en vertical, pero todos con uno de sus cortes a la vista.

DescriptionFrontispiece to "Pedantius. Comoedia Olim Cantabrig. Acta" (1631): an elaborately-dressed schoolmaster, probably representing Dr Thomas Beard, stands full-length, holding a birch, with two pupils behind him and a shelf of books over his head. 1631
Engraving. Fuente: aquí

Esta librería apila unos libros sobre otros, en horizontal, con el corte inferior expuesto y la intitulación.

Francesco Righetti, ca. 1626-1628 by Guercino (1591-1666) via:@Libroantiguo. 

En la siguiente pintura vemos que tiene un poco de todo.

Vanitas with a Sundial, c.1626-40 (oil on canvas) Posters & Prints by French School. 

Este otro grabado es muy interesante, en el podemos ver los libros almacenados verticalmente (salvo un par de ellos) pero algunos ya se guardan con el lomo hacia fuera.

Jaques Du Bosc. The excellent woman. London, 1692. Folger Shakespeare Library. Fuente: aquí


S. XVIII

En el siglo de las luces son 1.000 millones los libros que salen de las imprentas europeas. Cifras que lejos quedan ya de los casi 27 millones de manuscritos e impresos producidos durante todo el s. XV. El mercado estaba poniendo al límite la capacidad de los productores de papel, encuadernadores, etc. (pero estos puntos los trataremos en otra entrada). Las bibliotecas rebosaban libros y cada vez mas gente podía permitirse tener su propio gabinete privado de lectura

Giuseppe Maria Crespi 'Bookshelves with music books' 1725-30 Oil on canvas Civico Museo Bibliografico Musicale, Italy. 

S. XIX-XX

Para esta época veremos solo unas cuantas imágenes que ilustran perfectamente la forma en la que los libros eran almacenados, sistema que ya nos es del todo familiar, a grandes rasgos.

Sobre el s.XIX y el libro hablaremos en el futuro en diversas entradas ya que es una época que me fascina.

Depósito de la Biblioteca Nacional. Fot Carlos Montes. Fuente:aquí

Sección de catalogación de la Biblioteca Nacional. Fot Miguel Cortés Faure. Fuente: aquí

A MODO DE CONCLUSIÓN

Todo lo que hemos visto sobre la cronología y la forma de almacenar los libros no es normativo, al final cada cual guardaba los libros a su manera y de hecho me ha llamado la atención (aparte de por el ingenio de lectura múltiple) este grabado de finales del s. XVI:

 “The Diverse and Artifactitious Machines of Captain Agostino Ramelli”, 1588.

Creo que uno de los análisis interesantes, y de relevancia para el conservador-restaurador, sobre el modo en que se guardaron en un momento dado los libros (sistema que, además, la mayor parte de las veces se ha visto alterado) es poder descubir ciertas evidencias de estos hábitos en su materialidad, como pueden ser la presencia de ciertos refuerzos, anclajes, marcas de desgaste, intitulaciones, etc. Detalles que con el estudio y la observación, analizados en su contexto, podrían ser revelados como evidencias.

Y es que sólo aprendiendo a mirar, podremos empezar a ver.

















jueves, 28 de febrero de 2019

Salvaderas: las arenas del tiempo


Seguramente, alguna vez os habréis encontrado entre las páginas de antiguos manuscritos una serie de pequeñas partículas que suelen deslizarse hasta el lomo de los cuadernillos, donde van acumulándose, en algunos casos, con gran profusión.

A veces también se aprecian sobre los trazos de escritura unas concreciones bastante llamativas, si bien algunas podrían ser parte de los ingredientes de la propia tinta, es muy probable que aquellas de mayor tamaño se hayan depositado con posterioridad, ya que las tintas caligráficas deben ser fluidas y tales corpúsculos habrían impedido o complicado enormemente la tarea al escribano.


La pregunta que surge entonces es qué son estas partículas y de dónde provienen. Las respuestas también nos ayudarán a los conservadores - restauradores a tomar una decisión consciente a la hora de abordar tratamientos en los documentos que presenten estos materiales.

Una de las cualidades necesarias en la formulación de las tintas caligráficas era su capacidad de secado oreo, proceso que se reforzaría con el empleo de un producto que se espolvoreaba sobre las páginas recién escritas. Conocidas con el nombre de arenilla, arena secante o polvos de salvadera, su uso precedió al de los papeles secantes, que aparecieron hacia 1840.

El empleo de este tipo de arena secante presenta antecedentes en las capas preparatorias para soportes de escritura, que favorecerían la penetración y fijación adecuada de la tinta, como los polvos de piedra pómez en pergaminos, aunque en estos casos su aplicación era previa a la escritura (MELL, 2010, p. 21).

La composición de estos secativos era variada, entre sus ingredientes figuraban partículas molidas de minerales blandos como talco o calcita, goma sandáraca (LIPPERT, 1987, p.126), piedra pómez, arena de playa (usada desde 1790’s sg. Lippert, 1987, p.126), conchas o maderas finamente trituradas; también fueron empleadas ralladuras de metales como hierro (desaconsejado por Paronce “pues su inconveniente menor es el de roer el papel”), polvo de  mica (BUENDÍA, 2006, p.2) o galena (plomo mineralizado) molida (BOWLES, 1789, p.439). Estos preparados se vendían en diferentes colores: azul, verde, negro, rosa, amarillo, etc. (PARONCE, 1835, p.59), presentándose en cajas, paquetes y a granel “Polvos de salvadera a seis cuartos de libra” anunciaban en el Semanario de Avisos de 1844 (BUENDÍA, 2006, p.2) y en el periódico El Droguero de 1857 (nº17, año II) se anunciaban “Polvos de Salvadera, 14 rs. la arroba”.

Para espolvorear la arenilla sobre los documentos se utilizaron unos recipientes especiales, las salvaderas (pounce pots) o arenilleros (OSTOS et al., 1997, p. 87). Parecidos a saleros, estos botes se rellenaban con la arena secativa y sus tapas perforadas permitían que cayera el contenido sobre los escritos, en el Tratado del Origen y Arte de Escribir de 1766 de Fr. Luis de Olod se describe hasta el tamaño que debían tener los orificios, especificando que “sean pequeños, porque siendo demasiadamente grandes dan los polvos con mucha liberalidad, perjudicando la letra y dañando lo escrito” (BUENDÍA, 2006, p.2).  También hubo salvaderas sin tapa agujereada o salvaderas descubiertas, que requerían la aplicación de la arenilla con los dedos, una concha u otro cuerpo intermedio (PARONCE, 1835, p.58).

Las salvaderas se fabricaron con diseños y materiales variados, tenemos ejemplos en porcelana (ej. Limoges), cerámica (ej. Talavera, Manises), loza, maderas (boj),  metales, cuerno, cristal (BUENDÍA, 2006, p.2), las  más lujosas formaban parte de elaboradas escribanías.

El uso de los papeles secantes (que se podían colocar en un rodillo llamado secafirmas) fue desplazando al de la arena, que finalmente desaparece del mercado. Ya en 1902 Rufino Blanco en su libro el Arte de la Escritura y de la Caligrafíamencionaba que “la arenilla quita al trazado parte de la tinta y la descolora; además, deja la superficie del papel muy desigual para escribir por el lado opuesto y destruye la encuadernación de los libros en que se usa”. También son repetidas las referencias a los desastres que se producían al confundir el tintero con la salvadera, con las consiguientes manchas (BUENDÍA, 2006, p.2).

En el Nuevo Catálogo General de Recarte hijo de 1907 aun podemos encontrar a la venta arenilla.

En el libro de 1916 Programa de Caligrafía de D. Pablo Guilarte y Busto se especifica en la lección 17 como parte de los instrumentos necesarios para escribir bien la arenilla, figurando también el papel secante. (Texto completo aquí)

Y ya en el catálogo de 1928 Nuestro Viajante de J. Millat, encontramos que no aparece a la venta la arenilla de salvadera, solo los papeles secantes. 

La salvadera, una palabra hoy en desuso, por no decir que casi en el olvido, fue en sus días empleada como figura literaria, veamos algunos ejemplos:
  • “Unas medias de seda con más agujeros que una criba o una salvadera”. 
  • “Mi familia no tenía otras tierras que la arenilla de la salvadera” (BUENDÍA, 2006, p.2). 
  • “Hecho polvos en salvadera quiero estar, antes que verlos dueños de todo” (QUEVEDO, 1741, p.359). 
  • “De modo – replicó el cirujano- que como no está al alcance de todos la virtud de matar lombrices con polvos de salvadera…” (PEREDA, 1891, p.210).
Un uso curioso de los polvos de salvadera aparece descrito en la obra El azafrán y el añil de José López y Camuñas en 1890 (p.36) en el que se empleaban como parte de la fórmula del crémor tártaro, producto que servía para descubrir adulteraciones y fraudes del azafrán.

La salvadera, empleada para salvar, poner en seguro, es decir secar la tinta reciente y evitar que se corriese y se formase borrón (PÉREZ Y RIVERO, 2006, p.71). 

La salvadera, hoy día casi olvidada, pero aún patente su empleo sobre tantos manuscritos, forma ya parte de la historia de los documentos gráficos, un objeto de las escribanías del pasado, he aquí la salvadera y las arenas del tiempo. 

Juego de tintero y salvadera de cerámica. Colección particular.
 ©Covadonga Miravalles.






Última revisión: 03/03/2019